HOLOGRAMAS ((2025))
Trucos reales ⋅ Conspiraciones ⋅ Historias que te cagan de miedo
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5 cosas que solo entendés si estás solo la mayoría del tiempo
(y no está tan mal como parece)

1. Tu mejor amigo es alguien que nunca conociste en persona

Hablan todos los días por Discord o por mensajes privados de Twitter. Sabés cómo se ríe, cómo llora, qué música pone cuando está mal y hasta cómo huele su cuarto según él.

Nunca se vieron la cara, viven a 3.000 km (o en la misma ciudad pero da igual). Pero si mañana desapareciera, te pasarías semanas destrozado.

Y cuando alguien de “la vida real” te pregunta “¿quién es ese?” decís “un amigo de internet” y cambiás de tema rápido, porque no entenderían.

2. Tenés horarios que harían llorar a cualquier médico

Te acostás a las 7 am viendo un video de 40 minutos sobre “la verdadera historia de Club Penguin”. Te levantás a las 3 pm con el sol pegando fuerte y la sensación de que perdiste otro día.

Pero esas 4 o 5 horas de madrugada en silencio absoluto, con auriculares y una luz tenue, son las únicas en las que realmente te sentís en paz.

El mundo duerme y vos estás despierto. Y por primera vez en el día, no tenés que fingir nada.

3. Guardás screenshots de conversaciones que nadie va a ver nunca

Un “me hiciste reír mucho hoy”, un “gracias por existir”, un meme que te mandaron a las 4:12 am con un simple “vos”.

Los mirás cuando estás bajón y te salvan la noche. Son pruebas físicas de que, aunque sea por un ratito, alguien pensó en vos.

Tenés una carpeta que dice “cosas lindas” o “para cuando esté mal” y pesa más que todas las fotos de tu familia juntas.

4. A veces hablás en voz alta con vos mismo… y no te molesta

Repetís frases de series, ensayás cómo le dirías las cosas a esa persona si tuvieras valor, o simplemente narrás lo que estás haciendo: “bueno, ahora abro la heladera… otra vez nada… genial”.

Y está bien. Es tu departamento, tu espacio, tu ritmo. Nadie te juzga, nadie te apura, nadie te pide explicaciones.

Es la única relación en la que nunca te sentís obligado a ser otra persona.

5. Sabés que no estás roto, solo estás… en pausa

No salís, no hablás con casi nadie, no tenés pareja ni planes a futuro claros. Pero tampoco estás destruido.

Estás juntando energía, sanando cosas que nadie vio, aprendiendo a estar con vos mismo sin odiarte tanto.

Y cuando llegue el momento (si llega) de abrir la puerta otra vez, vas a salir más entero que la mayoría de los que nunca se detuvieron.

Si estás leyendo esto a las 4 am con auriculares puestos y una bebida tibia al lado…
te mando un abrazo que sí llega, aunque sea por texto.

Guardalo. Volvé cuando quieras.
Acá siempre va a haber alguien despierto.

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